El líquido de frenos es uno de los elementos más importantes del sistema de frenado de un coche. Su función es transmitir la fuerza que aplicas al pedal del freno hacia los frenos de las ruedas, mediante presión hidráulica. Por eso, si detectas que el nivel ha bajado, es esencial actuar inmediatamente.
Conducir con el líquido de frenos por debajo del nivel recomendado puede suponer un serio peligro para tu seguridad y la de los demás. A continuación, te explicamos las consecuencias más comunes, sus posibles causas y qué hacer al respecto.
Consecuencias de circular con bajo nivel de líquido de frenos
Pérdida parcial o total de la capacidad de frenado, especialmente en frenadas de emergencia.
Desgaste prematuro de las pastillas, forros y tambores de freno, al aumentar la fricción innecesariamente.
Mayor exigencia al freno motor, lo que puede provocar sobrecalentamiento del embrague y más consumo de aceite.
Daños en los cilindros y componentes hidráulicos, costosos de reparar.
Mayor riesgo de accidentes, sobre todo en condiciones de lluvia o tráfico denso.
¿Por qué baja el líquido de frenos?
Las causas más habituales incluyen:
Fugas en el sistema hidráulico
Desgaste natural de los frenos
Pastillas muy gastadas
Depósitos con fisuras
En cualquiera de estos casos, no basta con rellenar el líquido. Es necesario revisar el sistema completo y sustituir las piezas defectuosas.
¿Cada cuánto se cambia el líquido de frenos?
La mayoría de fabricantes recomienda sustituir el líquido de frenos cada 40.000 km o 2 años, aunque puede variar según el tipo de conducción o el entorno (climas húmedos, uso intensivo en ciudad, etc.).
Si no recuerdas la última vez que lo cambiaste, es momento de hacerlo. Y si tu coche muestra síntomas como pedal esponjoso o freno poco efectivo, acude a un taller de inmediato.
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Conclusión
Conducir con nivel bajo de líquido de frenos es una de las averías más peligrosas, pero también una de las más fáciles de prevenir. Si lo detectas a tiempo, puedes evitar un fallo grave y costes elevados en reparaciones. No subestimes este pequeño pero crucial detalle del mantenimiento de tu coche.
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