El motor de nuestro vehículo está diseñado para funcionar de manera óptima alrededor de los 90 grados centígrados. Cualquier incremento significativo sobre esta temperatura puede señalar problemas serios en el sistema de refrigeración o en otros componentes vitales del automóvil.
Identifica el problema
Los problemas de sobrecalentamiento pueden surgir por diversas causas, siendo las más comunes la acumulación de sedimentos en el radiador, especialmente en vehículos que transitan frecuentemente por terrenos polvorientos o embarrados. El mal funcionamiento del termostato también puede ser un factor crítico, ya que este componente regula el flujo del anticongelante hacia el radiador. Un termostato defectuoso puede identificarse fácilmente al comprobar la temperatura de la manguera superior del radiador.
La respuesta ante un sobrecalentamiento debe ser metódica y cuidadosa. Contrario a lo que muchos piensan, detener el motor abruptamente puede agravar el problema, causando daños en las válvulas y la junta de culata. En su lugar, existen varias medidas efectivas que podemos tomar para manejar la situación.
Una de las primeras acciones debe ser desactivar el aire acondicionado, ya que este sistema demanda una potencia adicional considerable del motor. Paradójicamente, activar la calefacción puede ayudar a reducir la temperatura del motor, ya que permite transferir parte del calor excesivo hacia el habitáculo del vehículo.
El manejo del vehículo durante un episodio de sobrecalentamiento también es crucial. Mantener revoluciones moderadas en punto muerto puede ayudar a que el sistema de refrigeración continúe funcionando eficientemente. Si nos encontramos en movimiento, es aconsejable utilizar el freno motor para evitar cambios bruscos de velocidad que puedan generar más calor.
La revisión del nivel de refrigerante es fundamental, pero debe realizarse con extrema precaución. Nunca se debe abrir el depósito cuando el motor está caliente, ya que la liberación súbita de presión puede causar quemaduras graves. Si se necesita rellenar el refrigerante, es preferible hacerlo con el motor en marcha para asegurar una distribución uniforme por todo el sistema.