El calor extremo del verano puede ser tan agresivo para tu coche como para tu cuerpo. Con temperaturas que superan los 35 °C en muchas regiones de España, ciertos componentes del vehículo se ven sometidos a un esfuerzo adicional, lo que puede derivar en averías y visitas inesperadas al taller.
1. Sobrecalentamiento del motor
Es uno de los fallos más comunes en verano. La combinación de altas temperaturas y largos trayectos puede provocar un fallo en el sistema de refrigeración. Verifica con frecuencia el nivel del refrigerante y revisa el estado del radiador y el termostato.
2. Fallos en la batería
Aunque se asocie al invierno, el calor también afecta la batería. Las altas temperaturas aceleran la evaporación del líquido interno, reduciendo su vida útil. Comprueba la carga antes de viajar y considera su sustitución si tiene más de 4 años.
3. Neumáticos desgastados o mal inflados
El asfalto caliente aumenta el riesgo de reventón. Asegúrate de mantener la presión correcta y revisar el estado del dibujo. Un neumático en mal estado en verano puede resultar muy peligroso.
4. Aire acondicionado ineficiente
Un sistema de climatización poco eficiente puede hacer del viaje una tortura. Revisa el nivel del gas refrigerante y el estado del filtro del habitáculo. Un aire acondicionado en mal estado también puede afectar al consumo de combustible.
5. Fallos en el sistema de frenos
Las temperaturas elevadas pueden provocar fatiga térmica en los frenos. Revisa pastillas, discos y el nivel del líquido antes de iniciar cualquier viaje largo.
Antes de salir de vacaciones, realiza una revisión completa del coche. Si necesitas repuestos, puedes encontrarlos con garantía en Desguaces y Piezas.