El verano es una de las épocas en las que más kilómetros hacemos: viajes largos por carretera, altas temperaturas, polvo, arena, maleteros cargados y, en muchos casos, incluso remolques o caravanas. Todo esto pone a prueba los componentes de nuestro vehículo.
Por eso, al terminar las vacaciones, es fundamental realizar un buen mantenimiento del coche después del verano. De esta forma evitamos averías imprevistas, alargamos la vida útil de las piezas y garantizamos una conducción segura en otoño e invierno.
A continuación encontrarás una guía práctica y sencilla con las revisiones más importantes que debes hacer a tu vehículo tras el verano.
1. Revisión de los neumáticos
Los neumáticos son uno de los elementos que más sufren en verano:
El calor hace que el asfalto alcance temperaturas muy altas.
Los viajes largos aceleran el desgaste.
Las presiones suelen variar con los cambios de temperatura.
👉 ¿Qué revisar?
Profundidad del dibujo: mínimo legal de 1,6 mm, pero se recomienda cambiarlos cuando bajan de 3 mm.
Presión correcta: ajústala según indique el fabricante.
Desgaste irregular: si notas un lado más gastado que otro, revisa la alineación.
Unos neumáticos en mal estado aumentan el consumo de combustible y ponen en riesgo la seguridad.
2. Nivel y estado de los líquidos
Durante el verano, tu coche trabaja a temperaturas más altas de lo normal. Por eso es clave comprobar todos los líquidos del coche:
Aceite del motor: revisa con la varilla de aceite y cambia si el color es muy oscuro o el nivel es bajo. (Aquí podrías enlazar a un artículo tipo cómo cambiar la varilla del aceite).
Líquido refrigerante: esencial para evitar un coche sacando humo blanco por sobrecalentamiento.
Líquido de frenos: asegúrate de que no está bajo ni presenta fugas.
Líquido limpiaparabrisas: útil tras viajes con mucho polvo e insectos.
3. Sistema de frenos
El calor y los viajes de montaña en verano hacen que los frenos trabajen más de la cuenta. Comprueba:
Pastillas y discos: escucha si chirrían o notas vibraciones al frenar.
Pedal de freno: no debe estar esponjoso.
Testigos en el cuadro de mandos: si aparece un aviso, no lo ignores.
Unos frenos en mal estado alargan la distancia de frenado y pueden ser la diferencia entre un susto y un accidente.
4. Batería y sistema eléctrico
Las altas temperaturas aceleran la evaporación de los líquidos internos de la batería y pueden reducir su vida útil. Si notas que tu coche tarda más en arrancar o las luces se ven más débiles, revisa el estado de la batería del coche.
👉 Consejo: limpia los bornes y asegúrate de que están bien sujetos. Una batería dañada puede dejarte tirado en el peor momento.
5. Filtros del coche
Después de tantos kilómetros en verano, los filtros suelen acumular suciedad:
Filtro de aire: fundamental para que el motor respire bien. Un filtro sucio aumenta el consumo.
Filtro de habitáculo: importante tras viajes por zonas con polvo, arena o polen. Mejora la calidad del aire dentro del coche.
Filtro de combustible: su buen estado ayuda a prevenir problemas en la inyección y evita que el coche expulse humo negro por exceso de combustible.
6. Luces y visibilidad
Con el final del verano llegan los días más cortos, por lo que tener una buena iluminación del coche es esencial.
Comprueba que funcionan todas las luces: cortas, largas, intermitentes, freno y matrícula.
Limpia los faros: si están amarillentos, existen kits de pulido económicos.
Revisa el estado de los limpiaparabrisas: el calor reseca la goma y puede dejar marcas en el cristal.
7. Aire acondicionado y climatizador
El aire acondicionado trabaja intensamente en verano y conviene revisarlo:
Comprueba si enfría igual de bien que al inicio.
Escucha si hace ruidos extraños.
Cambia el filtro del habitáculo si huele mal al encenderlo.
Un buen funcionamiento del climatizador del coche mejora el confort y evita problemas de salud por bacterias acumuladas.
8. Limpieza exterior e interior
El verano deja huella en la carrocería: arena, resina de árboles, restos de insectos y excrementos de aves. Todos ellos pueden dañar la pintura.
👉 Recomendación:
Lava el coche a fondo, incluyendo bajos y llantas.
Aspira el interior y limpia los plásticos.
Aprovecha para ordenar el maletero y quitar peso innecesario que aumenta el consumo.
9. Extra: revisar el depósito de combustible
Si durante el verano has conducido coches de alquiler o no conoces bien tu modelo, nunca está de más recordar un truco útil: en el cuadro de mandos, junto al icono de la gasolinera, una flecha indica de qué lado está el depósito de gasolina.
Conclusión
El verano es una época intensa para tu coche y, al terminar, conviene hacer una revisión completa para garantizar seguridad y fiabilidad. Desde los neumáticos hasta los filtros, pasando por los líquidos del coche o el sistema de frenos, todos los detalles cuentan.
No dejes que una avería inesperada arruine tu vuelta a la rutina. Con este checklist tendrás tu coche listo para el otoño.
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