El depresor de freno es una pieza fundamental del sistema de frenado en vehículos diésel y algunos modelos gasolina. Su función principal es generar vacío para que el servofreno funcione correctamente, facilitando la presión sobre el pedal de freno. Sin él, el esfuerzo para frenar sería mucho mayor y el sistema perdería eficacia.
¿Cómo saber si está fallando?
Los síntomas más comunes de un depresor de freno defectuoso son:
Dureza excesiva al pisar el pedal de freno.
Mayor distancia de frenado.
Ruidos inusuales al frenar, como silbidos o zumbidos.
Luz de advertencia del sistema de frenos en el cuadro.
Problemas con el ralentí si el depresor se conecta al motor mediante vacío.
Estos fallos suelen notarse más en frenadas prolongadas o en atascos, donde el sistema se usa constantemente.
¿Cuánto cuesta cambiarlo?
El precio del cambio de un depresor de freno varía entre 80 y 300 €, dependiendo del modelo de coche y si se opta por uno nuevo u original reacondicionado. En plataformas como desguacesypiezas.com puedes buscar por matrícula y comparar precios de piezas compatibles con tu vehículo, muchas veces con garantía incluida.
Cuándo sustituirlo
Se recomienda revisar el depresor cuando se note cualquier cambio en el comportamiento del freno. Aunque no es una pieza que se sustituya con frecuencia, su fallo puede ser peligroso. Un diagnóstico rápido en el taller puede prevenir accidentes y evitar daños al sistema de frenado.
Este análisis se basa en los datos de más de 400,000 pedidos realizados en nuestra plataforma desde el año 2014, lo que nos permite identificar con precisión qué repuestos tienen mayor demanda debido a fallos frecuentes.